Carta de firma de la organización para la COP28: Garantizar que los derechos de los Pueblos Indígenas estén garantizados en la transición "verde"
Estimados delegados de la COP28,
Nosotros, líderes Indígenas y aliades de diversas culturas, tradiciones y regiones de todo el mundo, estamos unidos en el llamado para que la COP28 sea una plataforma para discutir los derechos de los Pueblos Indígenas en el contexto de la creciente demanda de minerales extraídos para el almacenamiento de energía, baterías de transporte electrificado y otras tecnologías de energía verde. En nuestro llamado, instamos a los gobiernos y a las empresas a que respeten, protejan y cumplan los derechos de los Pueblos Indígenas, en concreto, el derecho al Consentimiento Libre, Previo e Informado (CLPI), como las normas mínimas enumeradas en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI) y el Convenio 169 de la OIT, para garantizar prácticas medioambientales y sociales equitativas y responsables en nuestras tierras.
Reconocemos y enfatizamos que es más importante que nunca realizar la transición hacia energías y soluciones de transporte limpias, y alejarnos de los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas. Los líderes Indígenas han estado reclamando acciones climáticas en todo el mundo durante décadas. Tenemos lazos ancestrales, culturales y espirituales con nuestras tierras que no sólo demandan nuestra participación en la defensa del clima, sino que también nos llaman a comprometernos con las prácticas adecuadas de gestión de la naturaleza que están profundamente arraigadas en nuestras formas de vida. Muchos líderes Indígenas están buscando y promoviendo soluciones de energía y transporte limpios en sus territorios que se alinean con sus necesidades y objetivos autodeterminados. Estas soluciones lideradas por Indígenas deben ser reconocidas, promovidas y financiadas por los Estados y las entidades privadas.
Aunque estamos a la vanguardia de la lucha por la acción climática y la energía limpia, nuestra profunda conexión con nuestras tierras ancestrales también nos sitúa en la primera línea para garantizar que estas tierras no se conviertan en zonas de sacrificio para aquellas empresas y políticos que buscan una salida rápida en nombre de las soluciones climáticas. Nuestro compromiso con una transición justa no eclipsa nuestra firme postura contra las prácticas mineras que se llevan a cabo sin obtener el CLPI de los Pueblos Indígenas y que pueden provocar desplazamientos, migraciones y la pérdida de medios de vida, cultura e idioma. Afirmamos firmemente que las operaciones mineras deben adherir a prácticas responsables guiadas por el marco del CLPI, que respalda el derecho a la autodeterminación de los Pueblos Indígenas. Nosotros, los Pueblos Indígenas, detentamos el derecho inherente e inalienable a tomar decisiones sobre el futuro de nuestras tierras, territorios y recursos.
La explotación histórica de nuestros pueblos y tierras por parte de empresas petroleras, gasísticas y mineras pone de manifiesto un legado de anteposición del lucro a nuestro bienestar, salud, seguridad, culturas, y tradiciones, así como a nuestras tierras, aguas y aire sagrados. Dado que el 54% de los minerales de la transición energética mundial se encuentran en las tierras de nuestros Pueblos Indígenas o cerca de ellas, es imperativo que nuestras comunidades participen de manera significativa en la toma de decisiones, y que podamos ejercer nuestro derecho a dar o negar nuestro consentimiento a estos proyectos que afectarán a nuestras vidas, medios de subsistencia y culturas.
Ignorar nuestras voces sólo perpetuará el statu quo de las industrias mineras y de combustibles fósiles. En lugar de ello, cuando se propongan nuevas minas en nuestras tierras ancestrales, los Pueblos Indígenas debemos estar involucrados desde el principio. Nuestra subsistencia, nuestras prácticas culturales y nuestras prioridades deben estar en el centro de las negociaciones sobre los proyectos mineros en nuestros territorios. Necesitamos participar en políticas y en mejores niveles de implicación y transparencia en cada paso del proceso. Éstos deben ser codesarrollados con nuestra participación y de acuerdo con nuestras estructuras de liderazgo y gobernanza.
La forma más protectora de conseguir esto es que los gobiernos y las empresas de todo el mundo garanticen el cumplimiento de los estándares más elevados de CLPI en todos los proyectos de extracción de minerales que afecten a los Pueblos Indígenas. Tal y como se articula en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, adoptada por las Naciones Unidas en 2007 y ratificada por muchos países de todo el mundo, el CLPI expresa protocolos basados en el consentimiento definidos por líderes Indígenas, garantiza la autoridad para la toma de decisiones y los derechos de participación en todas las decisiones que afecten a las comunidades y territorios Indígenas, y ayuda a comprender la totalidad de los impactos de los proyectos que afecten a las tierras, las prácticas culturales y de subsistencia, y los modos de vida, de los Pueblos Indígenas.
El CLPI abarca el derecho de los Pueblos Indígenas a:
Entablar conversaciones y negociaciones sin coacción ni manipulación.
Participar en consultas y procesos de toma de decisiones mucho antes de que se tomen decisiones relativas a sus tierras, recursos, individuos y comunidades.
Utilizar sus propias estructuras tradicionales de toma de decisiones/gobierno, garantizando que estas estructuras se respeten e integren en el proceso.
Disponer de información completa, de fácil acceso y en un idioma que comprendan.
Decir "sí" o "no" a un proyecto.Ser escuchados e involucrados a lo largo de todo el ciclo de vida de un proyecto, dondequiera que repercuta en las personas y los recursos.
Conservar la capacidad de retirar su consentimiento en cualquier fase del proyecto o actividad si cambian las circunstancias o se presenta nueva información que afecte a su consentimiento.
Recibir el apoyo y los recursos necesarios para una participación efectiva y significativa en los debates y procesos de toma de decisiones.
No retrocederemos en nuestro papel de líderes en la lucha por la acción climática y la energía limpia. La COP28 debe ser la base para que los gobiernos de todo el mundo aprovechen este impulso y tomen las medidas necesarias y urgentes para garantizar la libre determinación de los Pueblos Indígenas, tal como se refleja en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y como la definen los Pueblos Indígenas afectados, para que el mundo pueda hacer bien esta transición, tomar las medidas climáticas necesarias y evitar cometer los errores del pasado que han puesto en riesgo a nuestros pueblos y formas de vida, y han llevado los límites planetarios a límites peligrosos. En el espíritu de este esfuerzo, creemos que es una oportunidad para definir un mundo mejor y más inclusivo que sirva a todas las comunidades y a todos los pueblos, trascendiendo las fronteras del poder político y económico concentrado. En esta visión colectiva, estamos comprometidos a proteger nuestro patrimonio cultural compartido y las prácticas que nos unen y a seguir siendo custodios responsables del planeta.
Gracias por su tiempo y su consideración.
Atentamente,
1. Securing Indigenous Peoples’ Rights in the Green Economy (SIRGE) Coalition
2. Cultural Survival
3. First Peoples Worldwide
4. Batani Foundation
5. Earthworks
6. Society for Threatened Peoples